jueves, 20 de mayo de 2010

¿Y usted opera...?


Son las casi las 8 de la tarde y ya he perdido la cuenta de cuántos pacientes he visto. Eso sí, de una en especial me acuerdo bastante bien.
- Buenas tardes, señora. Cuénteme que es lo que le pasa...
- ¡Ay doctor!, lo de siempre, mis rodillas. Esta dichosa artrosis. Ya sabe, los años no perdonan y noto cómo me pasan factura...
- Bueno, bueno... si está usted muy bien (ella sí, pero las rodillas las tiene más pasadas que el tacón de un legionario...).
- Me tome lo que me tome, nada me calma y ya no puedo más. ¿Qué podemos hacer?
Este es el momento que estabas esperando, para el que te has formado durante 5 penosos años y otros más de duras estancias en el extranjero. Sí, es verdad. No, no es un milagro. Sí, por fín. De la lista interminable de dolores y corpalgias, por fin vas a poder curar a uno de ellos. La paciencia es la madre de la ciencia. Además, estás seguro que has agotado todo el arsenal terapeútico analgésico-antiinflamatorio y las más de mil medidas higiénicas publicadas como tratamiento ortopédico (que palabra más fea!) de la gonartrosis. Ahora, sí, sin remordimientos, sabes que lo único que le puedes ofrecer es la cirugía.
- Antonia, lo único que puedo ofrecerle es la cirugía.
Se hace un silencio sepulcral. Entonces es cuando su acompañante, que nunca dice nada (el acompañante es siempre un factor de riesgo cardiovascular -lo digo para el médico-), pregunta: "pues muy bien... usted nos recomendará uno bueno, ¿no?".
Le explicas que tú eres cirujano (lo ponía en el título al menos) y la siguiente pregunta, esta vez de boca de la señora Antonia, es: "ah!... pero, ¿usted también opera?".
Dios mio, Dios mio. Notas cómo toda la sangre del cerebro se te ha bajado a los pies... De nuevo te das cuenta que esto no está pagado... Mísero de mí!
En frio lo piensas. En cierto modo la señora tiene razón. Entre los médicos que ejercen de traumatólogos, pero no operan (tampoco tienen título) y que los que de verdad no operan y son los médicos que tenían que estar viendo esta y todas puñeteras artrosis del mundo (que son los reumatólogos) y que no lo hacen, es lógico que el público en general tenga esta empanada.
Me acuerdo de una residente de UCI que me decía "claro, es muy fácil, tu especialidad es médico-quirúrgica: la trauma es la médica y la cirugía ortopédica la quirúrgica". Ella si que estaba de UCI (sobre todo su cerebro...).
Estamos en el siglo de la información y a pesar de que hasta le han cambiado el orden de los factores al título a la especialidad (antes se llamaba Traumatología y Cirugía Ortopédica y ahora se llama Cirugía Ortopédica y Traumatología), todavía no nos ven como lo que de verdad somos: cirujanos.
Hay cosas que no cambian y que nunca cambiarán. Como el Atleti, que casi siempre pierde.
Son las ocho ya. Me voy para casa, a ver el partido. A lo mejor, hoy el Atleti gana...

3 comentarios:

Ana Glez Duque dijo...

Es que los traumas no son cirujanos, son Traumas, una raza especial de elementos dentro de la vida nosocomial, sin nada que ver con la escoria quirúrgica...;-D.

eltraumatologo dijo...

Además, la gran diferencia con el resto de cirujanos es que éstos quitan cosas, como el bazo, la vesícula o un pólipo (cirugía resectiva) y nosotros ponemos cosas; una placa, un tornillo... (cirugía aditiva).
Como dijo alguien hace mucho tiempo: "Dios creó los huesos redondos para que los traumatólogos metieran clavos..."

Unknown dijo...

Osea que los traumatólogos ttaumatólogoas, si operan? Si es así que es lo que uno tiene que hacer para poder ejercer como médico traumatólogo y cirujano ortopédico?

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