lunes, 25 de octubre de 2010

El cementazo

Estamos poniendo una prótesis parcial a una pobre mujer anciana que se acaba de romper la cadera. Una vez fresado el canal, toca poner el cemento. En ese preciado momento, donde se mezcla el olor a gasolina, las prisas por meterlo a presión, el rabillo del ojo mirando el aparato de la tensión arterial (por favor, avisad al anestesista...) y el afán de limpieza para que no se quede nada en el fondo del cotilo, va y me pregunta el residente pequeño cuánto cemento hay que poner. Yo contesto: el necesario. Se calla y asiente como si la respuesta estuviera zanjada de por vida. Cementamos y ponemos la prótesis como siempre. Hasta ahí todo normal. 
Al dia siguiente, todo en orden, excepto la radiografía de control: la prótesis bien y el cemento..., el necesario. El necesario para rellenar todo el fémur hasta los cóndilos.... Por supuesto, la RX escondida para que no la viera el residente. No sea que se caiga el mito al pobre personal en formación...

1 comentarios:

Ana Glez Duque dijo...

Ey, que alguien me ha avisado de que estabais cementando...

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